- Sophie Zuurhar
- 30 jun
- 3 Min. de lectura
Cuando nos invitaron a dar una conferencia a estudiantes, lo primero que pensamos fue: ¿qué renders mostrar?, ¿qué fotos?, ¿qué proyecto de PLTFRMA enseña mejor lo que hacemos? Pero después de pensarlo mucho, caímos en cuenta de algo: todo eso ya está en nuestra página. Lo que no se ve ahí —y lo que rara vez se habla en el gremio— es el detrás de cámaras de cada proyecto.
Se habla mucho del arquitecto realizado, pero poco de cómo se realiza un arquitecto. Por eso, en lugar de mostrar solo resultados, decidimos hablar del proceso: de esas mil ideas fallidas que hay detrás de una buena, de por qué creemos que la inspiración es para amateurs y de cómo el trabajo constante es el que realmente genera ideas.
La inspiración es para amateurs
Cuando hablamos de la acción de tener "ideas", no estamos hablando del rayo iluminador que te llega cuando menos te lo esperas y que le da sentido al proyecto que llevas trabajando años. Estamos hablando del proceso y del trabajo constante que se requiere para que las grandes ideas surjan. Cuando tu trabajo depende de ser creativo, tienes que encontrar ese proceso que te encamine a las respuestas correctas.
“Las mejores ideas surgen
del proceso, es decir del
trabajo mismo”
El fracaso es parte del proceso
Una de las cosas más divertidas (y a veces frustrantes) en el proceso creativo, son las ideas que al final parecen no llegar a nada (o al menos eso creemos). Para llegar a una buena idea, tuvimos que haber descartado muchísimas antes. La experimentación y el fracaso son fundamentales para la evolución del proceso. De la mano con esto, es no temerle al fracaso.
Al contrario, atrevernos a experimentar y a fracasar rápido nos ha encaminado a las soluciones más innovadoras. En arquitectura y diseño, nos hemos enfrentado a experimentar con el objeto, el contexto y la función. Si ninguna de estas da una respuesta clara, entonces se queda en aprendizaje y nos atrevemos a volver a empezar.
Objeto
Cuando nos referimos al objeto, nos referimos a la plasticidad del proyecto, divertirse con los materiales. Colores, texturas, acabados. Un proyecto aún no construído puede serlo todo a la vez. Un mundo infinito de posibilidades.
Contexto
Más allá del asoleamiento y la orientación, mirar el entorno inmediato es fundamental. El contexto también habla y muchas veces ofrece una experiencia espacial que marca la diferencia.
Función
Los arquitectos no hacemos arquitectura, nosotros la pensamos. La arquitectura la hace quien la habita. Si nuestro trabajo es pensar, debemos considerar todas las maneras en las que un espacio tiene la capacidad de funcionar.
Aprendizaje
La arquitectura es un proceso de aprendizaje continuo. Ningún proyecto es igual al anterior y fuera de que absolutamente todo lo construido ha sido un aprendizaje para nosotros, no podemos descartar que muchas veces lo que más te hace aprender son esas ideas que no se llegan a materializar.
Nadie diseña solo
Para cerrar, una de nuestras creencias más fuertes: las buenas ideas no vienen de un solo genio. Vienen de equipos que saben escucharse, cuestionarse y trabajar con empatía. Brian Eno lo explica con dos conceptos: egosistema y scenius. Nosotros apostamos por ser un scenius, una inteligencia colectiva donde cada voz suma.
En PLTFRMA no solo hacemos arquitectura. Hacemos espacios que cuentan historias, que funcionan y que evolucionan. Pero sobre todo, espacios que nos enseñan. Porque la arquitectura no se trata de proyectar lo que somos como arquitectos, sino todo lo que somos además de eso.
¡Gracias por leernos!
Visita nuestras redes sociales para ver más contenido como este.
Comentários