- Sophie Zuurhar
- 28 jul
- 3 Min. de lectura
¿Por qué siempre hay fila en el baño de mujeres?
Analizando el Potty Parity Problem y la importancia de diseñar con perspectiva de género.
Si has ido a un concierto, estadio, cine o algún otro espacio público, probablemente te has enfrentado con la misma escena una y otra vez: una fila interminable frente al baño de mujeres, mientras que en el de hombres la puerta se abre y se cierra sin mayor problema. Un fenómeno tan común y normalizado que incluso para mí no había sido motivo de cuestionamiento. “Es lo que es” pensaba. Sin embargo, después de que mi algoritmo de Tiktok abriera la conversación en mi cabeza, puedo decirles que esto no es casualidad. Es la consecuencia directa de cómo se ha diseñado el espacio público históricamente. Como arquitecta (y mujer que va al baño), quisiera compartirles mis hallazgos.
Diseño "igualitario" ≠ diseño justo
La mayoría de manuales, reglamentos, códigos de construcción y normas de diseño indican que debe haber el mismo número de sanitarios para hombres que para mujeres. En papel suena justo y hace sentido cuando te lo enseñan por primera vez en la escuela. Sin embargo, no te enseñan que esa “igualdad” numérica no considera el tiempo promedio de uso que esos espacios realmente requieren.
Son varios los estudios que han demostrado que las mujeres esperan entre 2 y 34 veces más que los hombres para poder usar un baño público (McLean, 2024; YouGov, s.f.). Esto no ocurre porque haya más mujeres que hombres yendo al baño, saturando el espacio, sino porque nuestro tiempo de estancia es mayor por razones tanto fisiológicas como culturales: estamos limitadas a usar únicamente cubículos (no urinarios, que son de corta estancia), menstruamos, muchas veces tenemos a nuestro cuidado niños o adultos mayores, la forma en que usamos el baño implica retirar capas de ropa y sí, también nos lavamos las manos. Claramente todo eso alarga el tiempo de estancia. Se estima que mientras un hombre tarda en promedio 60 segundos en el baño, una mujer puede tardar 90 o más (Lowe, 2019). Si el flujo es desigual ¿por qué seguimos diseñando el espacio como si fuera igual?

El Potty Parity y el diseño con perspectiva de género
Seamos claros, diseñar con perspectiva de género no es poner espejos más grandes, o hacer los baños “más bonitos”. Es preguntarse a quién está sirviendo ese espacio, cómo lo habita, las actividades que realiza y qué necesidades reales tiene. El Potty Parity Problem es el término que nombra esta conversación y las propuestas que impulsan un cambio de paradigma:
Diseñar los espacios considerando el tiempo real que se pasa en ellos.
Considerar que el cuidado de niños no solo es responsabilidad de la mujer (poner cambiadores en el baño de hombres también).
Prever acompañamiento, menstruación y diversidad corporal.
El Potty Parity Problem subraya la urgencia de crear espacios donde nuestras necesidades básicas se integren desde el diseño, y no se comprometan por decisiones tomadas sin nuestra voz.
La equidad no se mide en número de baños, sino en el tiempo que nos reconoce como iguales.
La fila del baño es solo un síntoma
El problema que busco señalar no es la fila per se, ni estoy infiriendo que alguien se haya sentado a planear cómo incomodar a las mujeres en el baño específicamente. Esto es un problema que pasa con la ciudad, el transporte e incluso la vivienda. Estamos inmersos en un sistema que durante siglos ha tomado el cuerpo masculino como medida universal; por eso, aunque el diseño pretenda ‘ser neutral’, en la práctica sigue reproduciendo estructuras de exclusión.
Cuestionar algo tan cotidiano como un baño público no es un capricho, es un acercamiento a evidenciar que la arquitectura y el urbanismo no son ajenos a dinámicas de género. Es momento de cuestionar lo que dictan los reglamentos y atrevernos a diseñar pensando en que no todos habitamos el mundo de la misma manera. Tenemos la responsabilidad de crear espacios justos, porque un espacio justo empieza cuando todas nuestras necesidades caben en él.
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Referencias
Lowe, L. (2019, 14 de noviembre). The queue for women's toilets is a feminist issue. The Guardian.
McLean, S. (2024, 4 de octubre). Toilet queues disproportionately impact women — but desperate times don’t always call for desperate measures. ABC News.
YouGov. (s. f.). Potty parity: Would it be fairer to make women’s toilets bigger? YouGov.
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